El Siglo de la Gran Humillación China
Período de agresión externa a China a partir de la Primera Guerra del Opio en 1839, incluyendo la invasión de Manchuria por los japoneses, la Primera y la Segunda Guerra Mundial, hasta el final de esta última en 1945. Durante este siglo, China sufrió grandes vejaciones a manos de otros países.

Todo historiador de China considera el siglo entre la Primera Guerra del Opio y el final de la Segunda Guerra Mundial como el siglo de humillación. La Primera Guerra del Opio fue la primera vez que China se enfrentó a culturas de similar complejidad que además contaban con un ejército superior al chino; ni los mongoles ni los manchurianos tenían culturas comparables a la china; los europeos fueron los primeros. Los mongoles y los manchurianos terminaron adoptando la cultura china con pequeñas modificaciones.
Un siglo antes del final de la dinastía Qing (manchurianos, 1636-1913), China se encontraba en convulsión interna por la debilidad de la dinastía. Hasta entonces, había sido la nación más próspera e importante del mundo, con el tamaño de su economía y población equivalentes a toda Europa combinada con EE.UU. En esa época, China exportaba mucho más de lo que importaba del resto del mundo, tenía un superávit comercial que le permitía acumular plata. Las exportaciones chinas eran básicamente loza y seda.

El gobierno inglés estaba preocupado por su déficit comercial con China y buscó en dos oportunidades establecer relaciones diplomáticas y sobre todo comerciales con China. Los ingleses, para resolver su problema de déficit de balanza comercial, empezaron en 1797, cuando el embajador Macartney fue enviado a negociar con el emperador Qianlong. El emperador rechazó todas las sugerencias de Macartney:
- apertura de una embajada inglesa en Beijing,
- apertura de puertos adicionales al de Cantón en la costa china,
- reducción de barreras e impuestos para productos ingleses importados a China.
Solo la guerra con Napoleón retardó el segundo intento inglés.
En buena parte, el rechazo chino se debió a la falta de experiencia con culturas y ejércitos superiores. En la historia china, sus gobernantes no habían necesitado “negociar” con otros países como iguales. China seguía considerando a todos los otros países como parte del universo terrenal centrado en China; pero como carecían de la cultura china, se los llamaba bárbaros. Mientras más diferentes sus culturas, más bárbaros. Los europeos, por lo tanto, tenían la peor reputación. Dos mil años de supremacía local (y global) habían confirmado la apreciación china de que ningún otro país tenía una cultura equivalente a la suya.
Europa, habiendo ya experimentado la Revolución Industrial, estaba en mejores condiciones de armar sus ejércitos y sus flotas. Las naves inglesas tenían cañones mientras las chinas seguían usando flechas y arcos. Las perspectivas no eran favorables para China y, a diferencia de los japoneses, los proyectos de restauración nacional no prosperaron, por la complejidad y el tamaño del país. Lo realmente irónico de todo esto es que habían sido los chinos los que inventaron la pólvora y habían tenido mejores flotas antes que los europeos, pero habían escogido retirarse exclusivamente al continente y destruido la flota de Zheng He.
China perdió dos Guerras del Opio, iniciadas para abrir el mercado chino al opio inglés que venía de la India. Como en todos los casos de invasión externa, China escogió tratar como unidad a todos los “bárbaros” europeos en el proceso con el fin de fomentar fricciones entre ellos, como se acostumbraba con las naciones al norte, este y oeste del país. De acuerdo con la política china, había que fomentar guerras entre los bárbaros.
Todas las potencias europeas, además de Rusia y Japón, se aprovecharon de la situación de China. Japón tuvo que esperar hasta el siglo XX para empezar a tomar territorio chino en Manchuria, una vez terminada la Reforma Meiji. La ocupación japonesa no se produjo hasta después de la Renovación Meiji en Japón, cuando una armada americana al mando del Comodoro Perry en 1853 llegó a Japón a abrir sus puertos. En realidad, los conflictos territoriales entre China y Rusia se produjeron al inicio de la dinastía Qing.
Durante el siglo de humillación, y por primera vez en su historia, China se había enfrentado a países que no solo tenían una cultura desarrollada y dominante, sino que habían logrado superar la producción militar china debido a la revolución industrial. China fue obligada a abrir más puertos que solo Cantón. El crecimiento de Shanghai se inicia a mitad del siglo XIX. China le cede Hong Kong y Kowloon a Inglaterra, en un alquiler que duró hasta 1997. En esta época se establecieron también las colonias portuguesas y alemanas.
Para una cultura milenaria, esta fue la primera amenaza a su supremacía cultural. Japón siempre había sido un hermano menor de China (visto desde un punto de vista objetivo), aunque Japón tenía una cultura también milenaria y se había mantenido separada de China.
Bajo Xi Jinping, el Partido Comunista Chino (PCCh) se ha preocupado de recordarles a los europeos los abusos que infringieron sobre China. Lo que el PCCh olvida es que durante cinco mil años de historia, China ha pasado por muchos períodos de fragmentación donde actores externos se aprovecharon del país; también olvidan los períodos cuando China se aprovechó de su fortaleza relativa y dominó otras naciones.