La alianza inquebrantable entre Estados Unidos e Israel, que ha durado décadas, está experimentando una erosión fundamental y potencialmente irreversible, impulsada principalmente por un fuerte declive en el apoyo público estadounidense. Mientras el Primer Ministro Benjamin Netanyahu retrata la relación como indestructible, la realidad es que Israel se está volviendo cada vez más aislado a nivel global y dependiente de Estados Unidos, incluso mientras los cimientos de ese apoyo se resquebrajan.
El Problema Central: Un Cambio Dramático en la Opinión Pública Estadounidense
Las encuestas revelan un declive sorprendente en el apoyo a Israel en todo el espectro político estadounidense. La simpatía por Israel sobre los palestinos está en su punto más bajo en 25 años, y una parte significativa de los estadounidenses ahora cree que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Este cambio no se limita a los demócratas, entre cuyos votantes más jóvenes el desencanto con Israel lleva tiempo gestándose; ahora se ha extendido a grupos clave de republicanos. El apoyo entre los republicanos menores de 50 años ahora está dividido a la mitad, una caída dramática desde 2022, y los evangélicos jóvenes también han experimentado un descenso precipitado en su apoyo.
Razones de la Ruptura
Las razones difieren según el partido:
Para los Demócratas, la ruptura se debe básicamente a valores. Los votantes más jóvenes, en particular, proyectan su visión de la historia de opresión en Estados Unidos sobre el conflicto israelí-palestino. Esto se ha visto exacerbado por el giro político hacia la derecha de Israel, la expansión de los asentamientos en Cisjordania y la clara alineación de Netanyahu con el Partido Republicano, lo que hace que apoyar a su gobierno se sienta como un sustituto de respaldar a la derecha estadounidense.
Para los Republicanos, la disminución del apoyo tiene más que ver con intereses. El aislacionismo del “América Primero” que alimenta la oposición a la ayuda para Ucrania ahora se extiende a cuestionar los miles de millones gastados en Israel. Figuras como Marjorie Taylor Greene y Tucker Carlson argumentan que Israel arriesga arrastrar a EE.UU. a guerras extranjeras innecesarias y que la ayuda debería priorizarse en casa.
Consecuencias para Israel
Este cambio en el sentimiento público es más peligroso que las disputas diplomáticas temporales porque es lento pero difícil de revertir. Ya está influyendo en los políticos, con más demócratas apoyando una ayuda condicional y grupos de presión pro-israelíes como AIPAC destinando grandes sumas a defender escaños afines en el Congreso. Las implicaciones a largo plazo son graves:
Apoyo Militar y Diplomático: El actual paquete de ayuda militar de $38 mil millones expira en 2028, y su renovación ya no está garantizada. Más allá del dinero, Israel arriesga perder el acceso a tecnología compartida, armas avanzadas, inteligencia y el crucial escudo diplomático estadounidense en la ONU.
Una Respuesta Israelí Complaciente: El artículo critica la visión “autárquica” de Netanyahu de Israel como una “super-Esparta” que puede valerse por sí misma mediante el dominio militar, tildándola de “trágico error conceptual”. Argumenta que ningún error estratégico israelí podría ser más peligroso que alejar a su “protector irremplazable”.
Conclusión
La alianza, una vez construida sobre una poderosa mezcla de valores democráticos compartidos e intereses estratégicos durante la Guerra Fría y la era posterior al 11-S, ahora está tensionada. La guerra en Gaza ha acelerado estas tendencias subyacentes. Si bien los optimistas esperan que las relaciones se recuperen después de la guerra y un cambio en el liderazgo israelí, el artículo concluye que esto es un exceso de confianza. El cambio generacional en la opinión estadounidense sugiere que la “relación inmutable” que ha definido Oriente Medio durante 50 años está cambiando fundamentalmente, e Israel aún tiene que enfrentarse a los graves peligros que esto conlleva.